viernes, 2 de febrero de 2018

Presentación Al Fin Eva 20 Octubre 2017


El día 20 de Octubre de 2017 tuvo lugar la presentación en sociedad de mi novela "Al fin... Eva". Los azares del destino, los quehaceres cotidianos y sobre todo el ritmo general de la vida, me han impedido hacer una reseña de aquel entrañable acto. Con la excusa de no tener tiempo suficiente para desarrollar en la justa medida un artículo que hiciera justicia tanto a los ponentes como a todos los familiares y amigos que allí se congregaron, fui dejando esta tarea, que yo creía ardua. Siempre se pueden sacar dos horas para hacer esto, ¿no?. El caso es que no ha tenido ocasión dicho acontecimiento, hasta hoy. Varios meses después, lo que me permite retraerme a aquel día con la distancia que da el tiempo. Tiempo que es una constante en el libro, como diría mi mentor, es el tercer protagonista.

Recuerdo que varios días antes dejé la comida encargada e hice una visita a la biblioteca para dejar algunas cosas para el catering y un par de copias del libro para que pudieran prestarlo a los curiosos que vieran el cartel que muy rudimentariamente imprimí en casa. A los asistentes los convoqué semanas antes, demasiada antelación me dijeron algunos. Unos días antes volví a recordar el evento, y entonces empecé a recibir los primeros síes y noes. Aún así el número de confirmaciones me hizo pensar en un acto multitudinario, incluso llegué a pensar en si habría bastante comida y lo más importante, si contaba con suficientes libros. El mismo día 20 por la mañana empezaron a descolgarse los primeros, y durante el día fueron muchas las excusas que leí en mi teléfono móvil. En fin, supongo que es difícil convocar a tanta gente sin que haya bajas. Al final, estábamos los que teníamos que estar. Me encontré arropado por amigos y familiares, y muy a gusto, la verdad. No podría enumerar aquí a todos los que asistieron, pero ellos y ellas lo saben. Días más tarde aún agradecía a los asistentes que hubieran encontrado tiempo para estar en aquel momento tan importante. A algunos/as les agradecí varias veces, estaba como borracho por la emoción, incluso días después, y de ahí mi error al duplicar el agradecimiento.



Sí tengo que agradecer desde estas líneas a Ginés y a Amparo por llevar las riendas de la presentación, no sé que hubiera hecho sin ellos. No puedo tampoco olvidarme de la Biblioteca La Petxina y de su directora, Juana (Jeny), no podría haber querido otro lugar para hacer la presentación de Al fin... Eva.



Os dejo unas fotos del evento.



Me hizo especial ilusión que asistieran algunos de los amigos que compartieron vicisitudes y alojamiento en Nueva York en 2014, donde empezó mi andadura en el mundo de la escritura.


No podría haber tenido mejor maestra de ceremonias que Amparo. Se desvivió por conocerme a fondo días antes de la presentación y su lectura conmovió a la audiencia (yo incluido).

La Biblioteca de la Petxina brinda un espacio incomparable para este tipo de actos, me sentí muy satisfecho con su elección.

Las fotos fueron tomadas por mis hijos, y amigos.

María Bertoemu Roldán, fotógrafa en ciernes me pasó estas otras, permíteme agradecerte públicamente desde estas líneas tan bonitas imágenes.




















domingo, 9 de julio de 2017

La historia

Han pasado treinta años de aquello, y cada vez que lo recuerdo se me eriza el vello de la nuca.  Sobre todo en días como hoy, en los que la cola de personas que aguardan a que les dedique mi libro me hace ver que es un tema que interesa. Por mucho tiempo que haya pasado no se puede considerar, ni mucho menos, resuelto.
Un señor de avanzada edad, en medio de la fila, sostiene un ejemplar en sus temblorosas manos. Imposible no reparar en él. De manera regular abandona su sitio dando un paso lateral y me mira fijamente. Su mirada inquisitiva me recuerda a alguien. Las dedicatorias se suceden, presto atención a lo que me dicen, pero en realidad mi pensamiento está pendiente del anciano, encorvado y calvo que sistemáticamente abandona su lugar y me mira para luego regresar de nuevo a la cola.
Ponga “para Cecile, con cariño”, por favor me dice en un tono de voz familiar.
Aguanto su mirada, intento descifrar sus pensamientos. En sus ojos azules, enturbiados por la telilla que se ha formado en ellos, veo reflejado mucho horror.
Es cierto todo lo que relata.
digo yo.
No preguntaba.
Hago una seña al vigilante para indicarle que me tomaré un descanso y me refugio entre las estanterías de aquella librería, acompañado de aquel hombre.
Me relata que él es el monaguillo del que abusó el padre Francisco y que se sintió muy aliviado cuando leyó su historia en mi libro.
Ahora puedo descansar en paz, todo el mundo sabe la verdad.  
Le tiendo la mano y él me la besa. Le entrego su libro y abandona el lugar. Vuelvo a mi mesa para seguir firmando. Mis ojos se empiezan a nublar y tengo que tomarme de nuevo un descanso. Pensando que había escrito una historia fantástica, un relato de ficción, resultó que mis sospechas habían sido fundadas. Las habladurías de aquel pueblo perdido en la sierra eran ciertas. Buscando documentarme para una novela histórica terminé en aquel recóndito lugar. Comprendí que la historia me había elegido a mí, y no al revés. Pedí disculpas a los lectores y me retiré a mi hotel para poder llorar con libertad, llorar por aquellos niños, aquellos que me contaron, y los que no me contaron.

miércoles, 5 de julio de 2017

Lágrimas rotas


Esa noche se me acabaron las lágrimas. Rota, escocida, insensible, amargada y sobre todo, ultrajada.
El amanecer despuntó y dio de lleno en el rincón en el que, acurrucada en posición fetal, esperaba a que mi padre viniera a despertarme. Tenía que decidir si contarle lo que habían vuelto a hacer conmigo o callar de nuevo. La agonía de la noche y ese duermevela, no permitió que me decidiera. Estaba muerta si los delataba. Lo dijeron claro. Pero al mismo tiempo ya estaba muerta. No quería seguir viviendo con esa desazón sobre mi cuerpo. Pensando que no me pertenecía, que era la marioneta sexual de ese grupo de desalmados.
En lugar de mi padre entró mi hermana pequeña y vino directa hacia mí. Sus besos y caricias apenas me reconfortaron. Sus palabras me volvieron a desgarrar por dentro. `Me ha dicho uno de los mayores que podré hacer lo que tú cuando te canses`. Aquellos energúmenos sin cerebro ni corazón no iban a cebarse con mi hermanita. No podía tolerarlo. Besé su frente y me vestí como pude. Malhumorada, harta, desesperada, y sobre todo, angustiada, cogí el arma que mi padre guardaba en su armario y la oculté en mi mochila.
Un beso de despedida fue todo lo que recibió mi familia aquella mañana, un beso …. Estaba segura de que sería mi final. No pude mirarles a los ojos y pedirles ayuda. Hasta para eso último demostré ser una cobarde.
——
Estas son las palabras que mi hija escribió antes de quitarse la vida. Las palabras que pudo escribir justo después de matar a sus agresores. Esta sociedad es una puta mierda.
Su padre, desde lo alto del atril, junto al féretro de su hija, se manifestaba triste y compungido, colérico a ratos. Los presentes se frotaban la frente y se pasaban el pañuelo por la nariz, para evitar que sus lágrimas terminaran estampadas en el frío mármol de aquella capilla. El lugar hervía de personas que querían despedir a aquella mártir, mas eso no consoló a su padre.
¿Por qué no me lo contaste? levantó la voz como si esperara que ella pudiera oírle desde donde quiera que estuviera. Yo te hubiera ayudado. hizo una pequeña pausa- ¡Putos cerdos!
Las filas más próximas al ataúd plañían a moco tendido. Familiares y amigos cercanos no daban crédito a lo que había pasado. De repente, el padre sacó un arma de debajo del atril y se la puso en la sien. Un grito ahogado de sorpresa invadió la sala. La gente miraba atónita la escena, aunque comprendían el dolor de aquel pobre hombre no podían permitir que aquello ocurriera. Una mujer se levantó de su asiento y con una niña pequeña de la mano se acercó por el pasillo central.
No lo hagas. Piensa en tu otra hija.
Sus ojos se nublaron, la escena que tenía delante era como un manchurrón en un cuadro. Con suavidad soltó el gatillo para que volviera a su posición natural y dejó la pistola encima del atril. Con un gesto desgarrador en su cara se dejó caer a tierra con las rodillas y se llevó las manos a la cabeza.
¡Señor, perdóname!

sábado, 24 de junio de 2017

Presentación Una casa prestada de Carmela Vélez

El día 23 de Junio de 2017 tuvo lugar la presentación del libro "Una  casa prestada" de Carmela Vélez, compañera de talleres de escritura. Un acto emotivo y precioso en el que se pusieron de manifiesto muchos aspectos para mi desconocidos de la "señora" que se sienta a mi lado durante las clases de Marta. Se leyeron varios de los relatos que componen su libro "Una casa prestada", de un total de 40 pudimos disfrutar de 3 en las voces de sus amigas Amparo y Jenny. El libro, como bien dijo Marta Salvador cuando lo presentó, da lugar a muchas interpretaciones según quién lo lea.
En definitiva fue un encuentro al que no debía faltar. Me siento muy satisfecho de haber podido estar allí, acompañando a familiares y amigos.

Al acabar la presentación propiamente dicha se sucedieron las firmas de ejemplares, lo que me produjo mucha envidia sana :)
También hubo un número musical muy gratificante.
El lugar elegido, amplio pero acogedor al mismo tiempo, no fue otro que la Biblioteca del complejo cultural y deportivo La Petxina, junto al cauce viejo del rio en la capital del Turia, Valencia.

Por cierto, este maravilloso libro de relatos se puede adquirir en la Librería de Primado Reig, 102 en Valencia, entre otras.

domingo, 18 de junio de 2017

Demasiado amor

Coger un pajarillo del suelo caído de un nido.
Alimentarlo, cuidarlo, limpiarlo, enseñarle a volar.
Sufrir cuando lo tienes que soltar para que vuele libre.
Preocuparte cómo de tus hijos cuando llegan tarde.
Pensar en él, soñar que ha encontrado a los suyos.
Ver su mirada en cada pajarito que se asoma al alféizar de tu ventana.
Eso es ... demasiado amor.
****
Dedico este pequeño texto al amor de mi vida. Por ser como es.

sábado, 17 de junio de 2017

Taller 17 de Junio de 2017

Hacía mucho que no asistía a los talleres de escritura de Marta Salvador, más por falta de tiempo que por falta de ganas, siempre resultan muy edificantes.
El taller de hoy ha sido especialmente instructivo y gratificante. Su objetivo: hacernos partícipes de la prosa poética y de cómo usarla.
Para abrir boca hemos empezado con un ejercicio bastante sencillo a priori.
Contestar a estas preguntas por orden, pero sin conocer las siguientes:

  • ¿Quién soy?
  • Un sueño
  • ¿Qué deseo?
  • ¿Qué o quién te acompaña?
  • ¿Qué sientes?
Con las respuestas juntas, las mías en este caso ... este es el resultado:
Sarcástico emprendedor desquiciado
morir joven, recordado
libertad para soñar
lo que soy sin ser
indeciso e indeterminado, genial
ansia por transmitir
Para el segundo ejercicio (y siguientes), como viene siendo habitual en los talleres de Marta, hemos puesto papelitos todos los participantes. Mi suerte me aportó estos dos: 
  • Afónica el día antes del concierto
  • Un mar de flores

Mañana será el día,
imagínome ante el auditorio.
Todos en pie y con ramos,
como un mar de flores.
Maldita afonia que me impedirá triunfar.
Cágome en todo lo cagable
y aún así de nada me vale.
Gárgaras y clara de huevo,
tisanas calientes y avemarías,
cuernos y cornucopias,
maldiciones y fantasmas
llenan mi cabeza
El sonido que emito, apagado y mustio,
llega justo el día antes de mi debut.
Maldigo mi voz y las cuerdas que la sustentan.
El mar de flores se esfuma.
El tercero se complica agregando un nuevo elemento. Tenemos papelitos ahora para acontecimiento, detalle y sentido. Los míos son:

  • acontecimiento: se va cuando vuelvo
  • detalle:  se deshizo en motas de polvo
  • sentido: sabor salado

Y esto es lo que pude componer
Descontrol, pavor, temor,
angustia y desazón.
Es lo que siento cuando te vas.
Un sabor salitroso se pega a mi lengua.
Cuando regreso te vas, siempre te vas.
Hoy ya no te irás,
te veo inerte a través del cristal
y sé que en poco tiempo
en motas de polvo te desharás.

Le llega el turno a la repetición de sonidos, me toca en suerte la M  y el tema: CEGUERA


movimiento muscular involuntario
maníaco momento intrascendente
mis ojos me fallan y me hundo en mis miserias
sin la vista mis memorias es lo único que me queda
momentos miserables
momentos educados
momentos repetidos
creo morir sin mis ojos.

Y cuando parecía que no se podía poner más complicado :)  llegó la repetición de una frase entera.
Mi suerte esta vez fue "La tormenta estalló en medio de la noche"



  La tormenta estalló en medio de la noche
el crepitar del fuego sonaba lejano
sentado en la comodidad de mi sofá.
  La tormenta estalló en medio de la noche
los truenos, ya cercanos, resuenan
y apagan con su vaivén la sala de estar.
  La tormenta estalló en medio de la noche
el tacto de tu cuerpo contra el mío
debajo de la manta me recuerda mi felicidad.
  La tormenta estalló en medio de la noche
¡Cuánto me gustaría que durara toda la eternidad!

Y ya para terminar, el más difícil todavía ... tema + cosa rara
  • sujeto: cuesta mucho
  • usando: onomatopeya

KIKIRIKI
canta el gallo al alba
KIKIRIKI
cree que me importa
DUDUBIDA DUDUBIDA
suena el despertador
ZASCA
y de un manotazo lo estampo
¡cómo me cuesta despertarme
en el pueblo de los abuelos!
ÑIQUI ÑIQUI
los pasos sobre la tarima vieja
terminan de despejarme
MUAC MUAC
¡Buenos días dormilón!

Pues eso ha sido todo en el taller. Muy constructivo y lleno de momentos divertidos escuchando los relatos de las compañeras. No puedo sino aseverar que es totalmente cierto que cada persona es un mundo. Cada uno vimos cosas diferentes en los relatos de los otros y diferentes maneras de enfocar los elementos obtenidos en suerte.
El objetivo de este taller, aparte de instruirte en los artes específicos, es sobre todo, sacarte de la zona de confort y obligarte a escribir sobre algo que por ti mismo no intentarías.

viernes, 26 de mayo de 2017

Al fin ... Eva

Tras varios meses de trabajo al fin ha visto la luz mi segunda novela. En esta ocasión he aplicado las técnicas que he aprendido en los diferentes talleres de escritura a los que he ido asistiendo. Aún así creo que necesito mucho más recorrido. Obviamente mi espíritu perfeccionista me obliga a decir esto último. De todas maneras estoy muy satisfecho con el resultado.
Las primeras impresiones de los lectores han sido muy buenas. La historia gusta y la manera de contarla también. Espero que con el tiempo pueda alcanzar mucha más soltura a la hora de contar mis relatos. Sobre todo me gustaría adquirir un equilibrio entre la densidad de la descripción y lo que espera el lector, para no resultar cansino, ya que tengo a veces la impresión de que el resultado es demasiado recargado.
La obra está disponible en amazon.

Reseñas de Al fin ... Eva